No sólo se marchó un gran profesional que vigiló por el interés común, sino que se fue un buen amigo de todos que sólo sembró cariño.

El pasado 11 de agosto se despedía de todos, ante todo una gran y bellísima persona que ha dejado un recuerdo en todos nosotros imborrable.

Se despedía de nosotros Pedro Luis Romero Morales, que además de su trayectoria como Ingeniero de telecomunicaciones y un servidor público de primer orden y ejemplo para todos, es sobre todo un buen y querido amigo.

De esos amigos que están para cuando necesitas conversar, pedir un consejo siempre medido y sincero, o simplemente tenerlo para reir y acordarnos de lo humano o lo divino.

Más de 25 años de relación dan para muchos encuentros, anécdotas y memorias. Pero dan para desear mucho más, y que nuestros caminos, el que recorremos como seres y no como entidades u organizaciones, se vuelvan a cruzar y volver a abrazarnos.

Dice la canción que «…algo se muere en el alma cuando un amigo se va…«, pero eso es que los autores no encontraron a una persona como Pedro, que a pesar del paréntesis que hace ahora, en verdad no se va de nuestras mentes, corazones y almas.

Desde aquí, hasta que nos volvamos a ver amigo.

Nuestro más sincero apoyo y compañía a su familia.